Descripción
Refleja la creencia celta en la interconexión de todas las cosas y la naturaleza cíclica del tiempo. Para los celtas, el trisquel simbolizaba la capacidad de adaptarse y crecer a medida que uno se embarca en el viaje de la vida.
También representa el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu, el principio y el fin, la evolución y el crecimiento, el aprendizaje perpetuo y la eterna evolución. Era utilizado por su capacidad sanadora, para curar heridas y aliviar fiebres, y por tanto, como talismán.
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